Fermín Alejandro García
La reciente visita de Jorge Álvarez Máynez a la capital poblana tuvo varios propósitos, desde presentar su libro México Nuevo, coquetear con configuras del panismo local y hasta presidir un informe anual de actividades legislativas. Sin embargo, hubo otro asunto de mayor relevancia para el dirigente nacional emecista y ex candidato presidencial, que es: intentar zanjar la división interna que está empezando a dominar en el Partido Movimiento Ciudadano (PMC) en Puebla.
La llegada hace poco más de un mes del senador ex priista Néstor Camarillo Medina a las filas del llamado Movimiento Naranja, he generado una fuerte división al interior de este partido en Puebla, pues se ha conformado un polo encabezado por la diputada local Fedrha Isabel Suriano Corrales y por otro lado, ha brotado un polo en torno el ex dirigente estatal del PRI.
Dicha división es consecuencia de la resistencia que Fedrha Isabel Suriano Corrales, en su calidad de presidenta del partido; así como del grupo del exdirigente del PMC, Fernando Morales Martínez, que no quieren perder el control de esta fuerza política y la capacidad de negociar con la 4T acuerdos electorales.
Y obviamente ven la presencia de Néstor Camarillo como un riesgo para sus intereses personales.
En los siete años en que Fernando Morales presidió a Movimiento Ciudadano, junto con Fedrha Suriano, el partido nunca jugó a ser una oposición real. Su comportamiento fue pactar con quien estuviera al frente del Poder Ejecutivo.
En la segunda semana de septiembre hubo una reunión en el Centro Mexicano Libanés en donde aparentemente hubo un esfuerzo, dirigido desde la cúpula nacional de MC, de crear un proceso de avenencia entre Fedrha Suriano y Néstor Camarillo.
En el discurso parecía que se había logrado arreglar las diferencias entre el ex priista y la legisladora local, pero no en los hechos eso no ha ocurrido.
Hace unos días, asumió la dirigencia del PMC en la capital poblana el empresario Marco Antonio de los Santos, quien es un personaje cercano a Fernando Morales Martínez. Una ausencia notable en dicho acto fue la de Néstor Camarillo.
Unos dicen que no invitaron al senador, como una manera de “pintarle la raya” de que no `puede participar en la vida activa de dicho instituto político.
Y otros dicen, que Camarillo y sus seguidores decidieron desairar al nuevo dirigente emecista.
Los conflictos iniciaron hace tres o cuatro meses, cuando Néstor Camarillo empezó a negociar con Clemente Castañeda, quien es el coordinador de MC en el Senado de la República, la deserción del primero de su militancia priista y su adhesión al partido naranja.
Por esos días, le pidieron a Fedrha Suriano un informe que permitiera a la dirección nacional del PMC valorar a la figura de Néstor Camarillo.
Fuentes del partido dicen que Suriano habría mandado un documento en donde quería pintar al entonces presidente estatal del PRI como un personaje sometido a los intereses del gobierno del estado, es decir de la 4T, y sin ánimo de hacer crecer al Partido Movimiento Ciudadano.
En broma, algunos miembros del PMC dicen: “Fedrha se equivocó, creyó que le habían pedido la descripción de Fernando Morales”, de quien se dice que todavía manda en el partido pese a que ya terminó su ciclo de dirigente.
Al final en la cúpula nacional de Movimiento Ciudadano acabaron desechando el informe de la líder local del partido y valoraron que, con Néstor Camarillo, el PMC podría salir del marasmo en que se encuentra desde 2018.
Por eso en la visita de esta semana de Álvarez Máynez, se ratificó el esquema que ha diseñado la dirigencia nacional emecista: Fedrha Suriano no será movida de la dirección del partido y se le apoyará en su labor legislativa.
Mientras que a Néstor Caramillo se le otorga el control del proyecto para hacer crecer electoralmente a Movimiento Ciudadano.
clh