La campaña anticorrupción de Xi Jinping sumó un nuevo capítulo este domingo 28 de septiembre con la condena a muerte del exministro de Agricultura de China, Tang Renjian, sentenciado por aceptar millonarios sobornos. El fallo contempla un aplazamiento de la ejecución por dos años, lo que en la práctica puede convertirse en cadena perpetua.
El tribunal popular de Changchun, en la provincia de Jilin, concluyó que Tang Renjian recibió más de 268 millones de yuanes —equivalentes a 38 millones de dólares— en efectivo y bienes entre 2007 y 2024. Según el fallo, las acciones del exfuncionario “causaron pérdidas muy graves para los intereses del Estado y del pueblo”.
En el comunicado oficial se detalló que Tang confesó sus delitos y expresó arrepentimiento. Sin embargo, las autoridades consideraron que la magnitud del caso justificaba una pena ejemplar. Esta resolución se inscribe en la ofensiva impulsada por Xi Jinping desde 2012, la cual ha provocado la caída de altos cuadros militares, políticos y empresariales.
La figura de Tang Renjian no es menor dentro de la estructura política china. Antes de ocupar el cargo de ministro de Agricultura (2020-2024), fue gobernador de la provincia de Gansu y vicepresidente de la región autónoma de Guangxi. Su condena se suma a los recientes casos contra los exministros de Defensa Li Shangfu y Wei Fenghe, ambos destituidos bajo sospechas de corrupción.
Analistas señalan que, mientras los partidarios de la campaña destacan que busca limpiar al gobierno, los críticos advierten que también permite a Xi Jinping consolidar poder y apartar a rivales políticos. El caso de Tang Renjian ilustra hasta qué punto la lucha anticorrupción ha alcanzado a las más altas esferas del Partido Comunista.
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